Muchos arrendatarios «prefieren destinar más recursos al pago de los gastos comunes, pero teniendo un mejor nivel de seguridad”, indica ProUrbe Gestión Inmobiliaria.
Pese al progresivo incremento del valor de los alquileres de viviendas en los últimos años en el país, los arrendatarios prefieren absorber ese mayor gasto con tal de mantenerse en su zona de preferencia, tendencia donde el tema de la seguridad ha escalado entre los principales factores de decisión.
Así lo refleja un estudio realizado por PROurbe Gestión Inmobiliaria, que en una encuesta realizada a 8.556 arrendatarios en la Región Metropolitana un 77,2% de quienes pagan arriendo dijo que prefiere no cambiarse de barrio, pese al incremento promedio de la renta de un 14% en la zona en los últimos doce meses. En este marco, el 51,2% señaló que ha optado por mantenerse en la propiedad. “Hay un estilo de vida detrás del lugar donde se vive, que es muy difícil de cambiar. El miedo al desarraigo provoca mayor apertura al pago”, señala Víctor Danús, gerente general de la compañía.
Así, mientras la ubicación sigue siendo el atributo más valorado al momento de elegir una casa o departamento para el arriendo -con el 63% de las preferencias, buscando la cercanía a servicios como colegios, comercio, salud y redes de apoyo- a continuación se ubica el tema de la seguridad como el segundo elemento más importante para los arrendatarios. En tercer lugar, se ubica el costo de los gastos comunes.
“Hace cinco años, el valor de los gastos comunes era una condicionante mucho más importante, pero hoy ha perdido peso frente a la seguridad, tanto de la vivienda en sí misma como del entorno. Muchos prefieren destinar más recursos al pago de los gastos comunes, pero teniendo un mejor nivel de seguridad”, sostiene Danús.
Alza de costos y escenario económico
Por otro lado y de acuerdo a las cifras reportadas por el estudio, un 26% de los encuestados -es decir, uno de cada cuatro arrendatarios- no puede afrontar el alza, pero se inclina a buscar una opción dentro del mismo barrio, incluso dispuesto a disminuir la superficie útil de la vivienda. Así, sólo un 22,8% prefiere irse a otra ubicación producto del alza de costos.
“Irse a un nuevo barrio, quizás de similares atributos urbanos y cobertura de servicios, puede permitir mantener la calidad de vida, incluso con una mejor espacialidad por un precio similar. Siempre es bueno hacer el ejercicio, sobre qué pierdo y gano al migrar a otra parte”, indica Danús.
En este contexto y ante el escenario económico actual, el gerente general de la firma dice que los cambios de vivienda se están dando más por restricciones presupuestarias. “La mayoría de quienes arriendan, hacen esfuerzos para evitar cambiarse y mantenerse en su propiedad. Esto, debido a que consideran todos los costos asociados al proceso de cambio y los sacrificios que significa para el estilo y calidad de vida, el traslado a otro barrio. Las personas valoran el entorno, sobre todo aquellos con hijos en edad escolar que por lo general tienen bien resuelto el traslado de los niños», indica.
Respecto a los encuestados, la mayoría corresponde a profesionales y a personas que están arrendando en las comunas de las Condes, Vitacura, Providencia, Ñuñoa, La Reina, Santiago, Estación Central, Independencia, La Florida, San Miguel y Macul.
Danús explica que “de nuestra cartera actual de clientes, la mayoría de los movimientos en el segmento de arriendos se están dando en las mensualidades de menos de $1.200.000. Sobre esa cifra, es mucho más difícil que haya cambios y este nicho se encuentra preferentemente en el sector oriente de la capital”, menciona el ejecutivo. Cuenta que “el costo asociado a buscar otra vivienda y cambiarse a ella, junto con reajustar las rutinas, hace que muchas personas opten por destinar más presupuesto al arriendo actual”.
Fuente: Diario Financiero
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